Era un grupo de griegos bastante anacrónico y regresionista. Vivían ellos recluidos en una simulación del Partenón que habían construido en el patio de la casa del joven que cantaba tango en portugués. Las fuentes de ingreso alimenticio provenían de la venta de postales del falso Partenón por vía computarizada; les alcanzaba para comer bien, y darse algunos lujos como la crema de enjuague para el melenudo del grupo.
Van Rat golpeó la puerta de ese hábitat ofreciéndoles bolsas de residuos, ellos le dijeron que no tenían dinero, pero si fuera tan amable de darle cinco bolsas, a cambio podría quedarse a vivir.
Para ellos fue un excelente negocio, porque al ensuciar tan poco, cinco bolsas podían alcanzarle para toda la vida.
Van Rat quedó sorprendido al ingresar en la casa, y encontrarse con una cultura anticuada, era como si ellos estuvieran viviendo cuando Platón, pero con algunos vicios como las golosinas de goma y los cáliz de los que bebían con bombillas. Al margen de esos pequeños detalles, era una micro-sociedad organizada bajo los preceptos del idealismo platónico.
Se adaptó velozmente a su nueva vida, él era el encargado de barrer, y por ser recién llegado lo trataban como si fuera un buceador nocturno.
El error, una joven de cuerpo tatuado lo enamoró, eso se notaba en brillo de los ojos que parecían madera recién lustrada; el amor no fue correspondido, pero eso no lo hizo cambiar de parecer.
Estaba sentado en el piso en posición casi meditativa, cuando pasó la mujer tatuada, lo saludó y presentó a su hermana menor, que era idéntica pero con una arruga menos. Van Rat se volvió a enamorar, pero su memoria prodigiosa no le permitió el olvido de ningún sentimiento
La corte observando el caso, declaró a Van Rat “Bígamo Platónico” y lo condenó quitándole todos sus ideales.
jueves, 11 de octubre de 2007
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2 comentarios:
jamas he de confiar en una mujer de cuerpo tatuado, lo se, un tal van Rat me lo enseño o lo aprendi yo mismo en persona, lo mismo da... pero debil es la carne en su mosedad y hemos de caer en el mismo error casi matematicamente. Pues no me aflijo, ya que yo elijo ese camino en donde aprendo el doble y aprendo mas... me lo dijo, ¿o lo aprendi yo? un tal Ruud Tal van Rat...
Me pregunté el otro día en la presencia de un tal van Rat cuan perniciosas son las mujeres tatuadas, su respuesta fue corta y concisa. "Cuidado con la piel moteada porque si uno no se da cuenta terminan dejando marcas junto a las uvas y eso no se hace" Así me habló un tal van Rat, y yo tuve miedo.
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